Tengo la cabeza loca, a parte de mis locuras internas, dejar la medicación tampoco ayuda.
Os conté que siempre, en todas mis crisis, me han mandado paroxetina, de la cual me tomaba un cuarto de pastilla diariamente.
El caso es que siempre que intento dejarla es un lío. La primera vez no sabía que tenía que dejarla poco a poco, lo hice a la bruto, me surgieron los efectos y tuve que volver a ellas para dejarlas poco a poco.
Ahora que sé que me las tengo que quitar progresivamente sigo sin encontrar la tecla para hacerlo bien y que mi cuerpo no sufra.
Llevo alrededor de 5-6 meses dejándolas, primero me las tomaba un día sí y otro no, después de otro tiempo cada dos días, actualmente, estoy tomándomela cada 3-4 días y los efectos siguen ahí.
¿Cuáles son los efectos? Pues empiezo a no ver del todo claro, veo como con una nebulosa que es algo molesta pero se sobrelleva, y después empieza a aumentar y me mareo, y pienso que me voy a caer, a veces tengo dolor de cabeza y otras no y una sensación muy extraña en la cabeza y mucho calor, como si estuviera menopáusica, y me las he quitado tanto en invierno como en verano.
La psicóloga me dijo que con tan poca cantidad de paroxetina no entendía esos efectos, aclaro que soy una chica pequeñita, pero ellos siguen ahí y nadie me da solución porque ella me dijo que me los aguantara, mayormente.
Así que así ando, poco a poco, y desintoxicándome, porque a este paso cuando consiga quitármelas del todo voy a tener que empezar a tomármelas porque me ha venido otra crisis.
¿Alguno de vosotros ha pasado por algo parecido?
sábado, 26 de julio de 2014
26/07/2014
Hola a todos, aquí vengo a pasar revista a ver si seguís por aquí o qué jajaja.
Estos días estoy con sentimientos encontrados: a principios de mes acabé mis prácticas, para mí, las mejores de las que he hecho, por lo que he aprendido profesionalmente, los momentos tan buenos con los compañeros pero sobre todo, porque me ha ayudado y mucho a salir del pozo. Sólo me acuerdo de cómo llegué, sin saber si iba a poder mantener unos horarios, si iba a poder estar en mi puesto de trabajo y no tener que salir corriendo por una urgencia...y no ha sido así, me he dado una lección a mí misma y he visto que puedo, también porque no sé con quien haría el pacto pero me ha ayudado y mi tripita se ha portado bien, por lo menos la mayoría de las veces, que también he tenido mis sustillos.
También, este mismo mes, mi psicóloga me ha dado el alta, por segunda vez, y aunque es una noticia alegre, yo no puedo dejar de pensar cómo volveré la próxima vez que la necesite, porque esta segunda vez aparecí en su consulta muy mal.
Así que sí, feliz por lo que he podido conseguir pero prudente, mucho, porque nosotros, en mi opinión, nunca logramos la felicidad completa, siempre estamos con la escopeta cargada, durmiendo con un ojo abierto y otro cerrado porque no nos fiamos, porque sabemos que está ahí al acecho, que nunca nos deja del todo en paz y porque nunca sabemos cuándo va a volver.
Tengo miedo, de este parón, de que mi "guía gastroinstestinal" me haya dejado volar sola, miedo de que vuelva y yo no esté preparada.
Estos días estoy con sentimientos encontrados: a principios de mes acabé mis prácticas, para mí, las mejores de las que he hecho, por lo que he aprendido profesionalmente, los momentos tan buenos con los compañeros pero sobre todo, porque me ha ayudado y mucho a salir del pozo. Sólo me acuerdo de cómo llegué, sin saber si iba a poder mantener unos horarios, si iba a poder estar en mi puesto de trabajo y no tener que salir corriendo por una urgencia...y no ha sido así, me he dado una lección a mí misma y he visto que puedo, también porque no sé con quien haría el pacto pero me ha ayudado y mi tripita se ha portado bien, por lo menos la mayoría de las veces, que también he tenido mis sustillos.
También, este mismo mes, mi psicóloga me ha dado el alta, por segunda vez, y aunque es una noticia alegre, yo no puedo dejar de pensar cómo volveré la próxima vez que la necesite, porque esta segunda vez aparecí en su consulta muy mal.
Así que sí, feliz por lo que he podido conseguir pero prudente, mucho, porque nosotros, en mi opinión, nunca logramos la felicidad completa, siempre estamos con la escopeta cargada, durmiendo con un ojo abierto y otro cerrado porque no nos fiamos, porque sabemos que está ahí al acecho, que nunca nos deja del todo en paz y porque nunca sabemos cuándo va a volver.
Tengo miedo, de este parón, de que mi "guía gastroinstestinal" me haya dejado volar sola, miedo de que vuelva y yo no esté preparada.
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