Y llegó el lunes, y yo que me alegro oye, sigo con mi rutina, salgo, entro, voy a donde quiero, está todo abierto, las tiendas, los bares...(eso significa más baños a los que poder acudir), los autobuses con su frecuencia y horario normal (genial para escapar a casa si hay algún malestar) y por la noche a cenar tranquilita y ver la tele. Me encanta.
He estado todo el fin de semana en casa, sin salir porque han fallado algunos planes y mis amigos tampoco estaban activos, a eso le añadimos un resfriado que me tiene ya cansadita. En fin, un aburrimiento puro, venga ordenador y ordenador y estar sentada en una silla.
Quiero salir porque si no salgo siento que retrocedo en los adelantos conseguidos y no quiero volver a ese punto, quiero disfrutar de que estoy mejor y respirar aire puro, no quiero que pase una semana y otra y estar en casa porque al final se que me acomodo y la liamos. No quiero acomodarme y volver a la espiral del miedo a la calle que se pasa muy mal.
Menos mal que el domingo salimos un rato a tapear por el barrio porque si no no veo la luz del día.
¡Salir y aprovechad el tiempo, ánimo!
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